El trastero del pensamiento

3 años, 3 meses y 1 día, puede sonar a condena, pero este es el tiempo que hoy hace que comencé en mi actual trabajo. No sabía qué me esperaba, pero sólo os puedo decir que ha sido un tiempo de aprendizaje, de entrega, de sonrisas (muchas), de lágrimas (creo que ninguna, pero queda bien), pero sobre todo un lugar donde seguir creciendo y un tiempo de encontrarme con personas de una calidad infinita. Sea como sea ha sido un viaje que ha resultado tan corto que me da la sensación de que me voy pronto!! Sólo puedo decir que en este tiempo he visto fortalecida mi fe en el trabajo en equipo, he fortalecido mi vocación en la formación y he puesto todo mi empeño en seguir mejorando!! Gracias a cada uno y a cada una por ir siempre más allá de lo formalmente establecido, gracias por tanta complicidad, por tantos guiños y suspiros. Gracias por hacerme sentir tan querida y muchas gracias por facilitarme el camino, gracias porque voy a dónde quiero ir y, en gran medida, os lo debo!! Un abrazo anc

Llevo 17 años militando en el movimiento vecinal, llevo exactamente la mitad de mi apurada vida en estas lides de barrio y proyectos, en los que a través de una fuerte experiencia de trabajo en equipo y cooperación en el cuarto e incluso en el quinto mundo he crecido y he llegado a ser lo que soy. Después de todos estos años de intenso aprendizaje, de inmensas alegrías y de conocer a muchas personas de una gran valía, después de este tiempo intentando buscar el bien común por encima del interés individual, de ver los intereses tan diversos y plurarles, de tener la suerte de trabajar por el desarrollo de la comunidad sin tener que rendir cuentas a ningún grupo político, después de todo esto tenemos que ver como se impone un modelo vecinalista que pretende empujar y deshacerse del profundo vecinalismo. Entendemos por vecinalismo al movimiento que trabaja desde el barrio para el barrio, el movimiento plural en el que el compromiso y el trabajo por mejorar la calidad de vida de los barri

Estamos en la víspera de difuntos, una fiesta arraigada a nuestra tradición de un modo tan profundo que no podemos ignorar, ya que el sentido que esta tradición da a nuestra existencia va más allá de lo que podemos imaginar. Quizá reflexionar sobre la muerte esté relacionado con la intensidad con la que nos hayamos relacionada con esta ingrata visitante. Y digo con la intensidad y no con el número de veces que nos enfrentamos a ella, porque esta experiencia es cualitativa y no cuantitaitva. Recuerdo que la primera vez que me di cuenta de que alguien podía no estar mañana yo tenía 8 años, me parecíó algo desbordante, no supe lo que estaba sientiendo hasta que me fui haciendo mayor... sólo sé que me acuerdo de Lola con la fuerza de la presencia. Y así he ido creciendo, con otras experiencias de muerte que me han desgarrado un poco más o un poco menos, nunca he logrado entender demasiado bien todo lo que sucede en torno a la muerte, todo lo que las personas creamos para intentar paliar