Nuestros muertos

Estamos en la víspera de difuntos, una fiesta arraigada a nuestra tradición de un modo tan profundo que no podemos ignorar, ya que el sentido que esta tradición da a nuestra existencia va más allá de lo que podemos imaginar.
Quizá reflexionar sobre la muerte esté relacionado con la intensidad con la que nos hayamos relacionada con esta ingrata visitante. Y digo con la intensidad y no con el número de veces que nos enfrentamos a ella, porque esta experiencia es cualitativa y no cuantitaitva.
Recuerdo que la primera vez que me di cuenta de que alguien podía no estar mañana yo tenía 8 años, me parecíó algo desbordante, no supe lo que estaba sientiendo hasta que me fui haciendo mayor... sólo sé que me acuerdo de Lola con la fuerza de la presencia.
Y así he ido creciendo, con otras experiencias de muerte que me han desgarrado un poco más o un poco menos, nunca he logrado entender demasiado bien todo lo que sucede en torno a la muerte, todo lo que las personas creamos para intentar paliar el dolor y para honrar a los que ya no van a estar con nosotros en lo cotidiano. Pero resulta que este año, el 2010, ha sido el año en el que me he hecho mayor de repente. Cuando en menos de una semana pierdes a dos personas a las que quieres ves a la muerte a la cara y, sabiendo que no puedes hacer nada, respetas hasta el infinito su presencia. Y no dejas de querer ni por un segundo a los que ya no están, porque la muerte te quita su presencia pero no te puede arrebatar todo lo que has construido, no te puede arrebatar lo que ya es eterno.
Hoy he visto a muchas personas llevar flores al cementerio, hoy he visto a muchas personas recordar a las personas que ya no están. Hoy he deseado que no perdamos la tradición, no sé si en este formato o en otro, virtual o presencial, no lo sé! Lo único que sé es que si perdemos la memoria de los que nos precedieron nuestro presente pierde sentido.

Comentarios

  1. Hola, he perdido el interés por publicar en el blog de tanto intentarlo

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  2. Por fin, abandonando después de tanto intento, es lo que tiene la vida, parece una advertencia "Bea, sigue intentandolo que al final lo consigues" Ahora ya sé entrar, espero no olvidarlo porque me lo has puesto complicado (je,je,je)

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  3. Ahora, voy a poner en práctica lo que me ha dicho el técnico informático. Necesito un blog, de hecho tengo un blog, lo he tenido que dar de alta para poder escribirte comentarios. Necesito un blog, de hecho, creo que todos lo necesitamos, no sólo para comentar lo que nos inspira el 1 de noviembre, si no para comentar todooooooooooooo, todo lo que pasa a nuestro alrededor: niñas de 10 años que paren sin cesárea (será verdad que el aumento del número de cesáreas tiene que ver con el retraso de la edad de maternidad) alteración de los apellidos de los padres (mira esto me hace gracia) nueva Ortografía del español (la "y" que va a dejar de ser griega pa ser asturianina y llamase "ye")estoy frita, es viernes, la semana ha tenido sólo 4 días, pero estoy agotadaaaaaaaaaaaaaa.
    Necesito un blog, a modo de confesor, de colega que escucha empático todas las neuras.
    Sólo le veo una desventaja: mis comentarios serían tan claros y transparentes que todos los aludidos se verían reflejados en ellos.
    Estoy rodeada de mediocres, pero esa es otra historia.

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